La transformación del sésamo crudo en un aceite refinado de alta calidad no es solo una cuestión de tecnología, sino también de precisión técnica, control de parámetros y elección estratégica de equipos. En este artículo, exploramos los desafíos comunes en la refinación por extracción, con especial atención a los sistemas de extractor, evaporador y torre de desolventización, así como al proceso de “seis desengrasados” que determina la pureza y el valor del producto final.
Según estudios de la Asociación Internacional de Aceites (IOA), más del 60% de las plantas de refinación de aceites vegetales enfrentan problemas relacionados con el residuo de solvente o la baja tasa de extracción. Esto no solo afecta la calidad del aceite, sino también su competitividad en mercados como Europa, América Latina y Medio Oriente, donde las normativas de seguridad alimentaria son cada vez más estrictas.
Proceso | Tasa de extracción (%) | Consumo energético (kWh/kg) |
---|---|---|
Extracción con solvente | 92–96% | 1.8–2.5 |
Prensa hidráulica | 70–75% | 0.6–1.0 |
CO₂ supercrítico | 88–93% | 3.0–4.5 |
“El control del tiempo y temperatura en el desolventizado es clave para garantizar que el aceite cumpla con los estándares internacionales de residuos de solvente (< 5 ppm). Un error de solo 2°C puede aumentar el residuo en un 30%.” — Dr. Ana López, Ingeniera de Procesos Alimentarios, Universidad Politécnica de Valencia
Los fabricantes que operan bajo presión de producción suelen ignorar señales tempranas de ineficiencia, como una reducción gradual en la capacidad de extracción o fluctuaciones en la viscosidad del aceite. La solución radica en monitorear constantemente:
Un caso real de una planta en Marrakech mostró una mejora del 18% en rendimiento después de reemplazar su sistema de evaporación antiguo por uno con recirculación de calor. Este tipo de optimización es accesible incluso para pequeñas y medianas empresas si se aplica correctamente.
En un entorno global donde la sostenibilidad y la trazabilidad marcan la diferencia, invertir en tecnología de refinación moderna no es solo una opción, sino una necesidad. Las nuevas generaciones de equipos permiten cumplir con normativas como la ISO 22000, FSSC 22000 y las exigencias de importadores europeos sin sacrificar la rentabilidad.
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