En un mundo donde las regulaciones ambientales y de seguridad alimentaria se vuelven cada vez más estrictas, especialmente en Europa y Estados Unidos, las empresas de aceite de sésamo deben adaptarse para mantener su competitividad internacional. La extracción con CO₂ supercrítico no es solo una opción tecnológica avanzada, sino una estrategia estratégica para acceder a mercados premium.
La extracción con CO₂ supercrítico opera a temperaturas entre 40–60 °C, mucho más bajas que los métodos tradicionales como la prensa hidráulica (que puede alcanzar hasta 90 °C) o el uso de solventes orgánicos. Esto preserva mejor los compuestos volátiles responsables del aroma y sabor únicos del sésamo, así como los antioxidantes como la sesamol (que puede perderse hasta un 40% en procesos térmicos).
Además, este método es completamente libre de residuos químicos. En comparación con los solventes como el hexano (usado en el método de lixiviación), que requiere múltiples etapas de purificación para cumplir con normativas como la FDA o la EFSA, el CO₂ supercrítico elimina ese paso — reduciendo costos operativos a largo plazo y aumentando la confianza del cliente final.
| Método | Temperatura (°C) | Residuos solventes | Rendimiento (%) |
|---|---|---|---|
| Prensa hidráulica | 70–90 | No aplicable | 28–32 |
| Solvente (hexano) | 35–50 | Sí (requiere remoción) | 35–40 |
| CO₂ supercrítico | 40–60 | No | 38–43 |
El rendimiento y la calidad del aceite dependen directamente de tres factores: presión (200–350 bar), temperatura (40–60 °C) y tiempo de extracción (60–120 min). Por ejemplo, estudios realizados por la Universidad de Zhejiang muestran que un incremento de 10°C en la temperatura puede reducir el contenido de sesamol en un 15%, afectando tanto el valor nutricional como el perfil sensorial.
Una empresa china de exportación de aceite de sésamo logró certificar su producto bajo el programa EU Organic tras implementar esta tecnología, gracias a la ausencia total de residuos químicos y al control preciso del proceso. El costo inicial fue aproximadamente USD $80,000–$120,000 para una planta mediana, pero el retorno se vio en menos de 18 meses debido a precios premium (+25%) y acceso a nuevos canales de distribución en Alemania y Canadá.
Algunos fabricantes piensan que la alta inversión inicial significa baja rentabilidad. Pero cuando consideras el aumento del valor del producto, la reducción de rechazos por inspecciones sanitarias (que pueden llegar a un 15% en métodos tradicionales), y la posibilidad de obtener certificaciones como Non-GMO Project o ISO 22000, la ecuación cambia radicalmente.
¿Cuál es el parámetro que más te interesa optimizar en tu proceso de extracción? ¿La temperatura, la presión o el tiempo? ¡Déjanos tu comentario abajo! Estamos aquí para ayudarte a tomar decisiones informadas.
Descubre cómo implementar la extracción con CO₂ supercrítico en tu fábrica