Cómo las grandes empresas oleaginosas reducen el consumo energético con el método de extracción por solvente

En la industria de aceites vegetales, especialmente en la producción de aceite de girasol, la eficiencia energética y la estabilidad del proceso son factores críticos para mantener una ventaja competitiva. El método de extracción por solvente, basado principalmente en el uso de hexano, ha demostrado ser una solución técnica sólida para lograr altos rendimientos con menor consumo de energía.

¿Sabías que? Según estudios de la Universidad de Córdoba (España), los sistemas de extracción por solvente modernos pueden reducir hasta un 25% el consumo energético comparado con métodos tradicionales como la prensa mecánica.

Características del material de entrada: clave para la eficiencia

El contenido de aceite y el tamaño de partícula del girasol procesado influyen directamente en la eficiencia del sistema. Un grano con un contenido de aceite entre el 35-45% y una distribución uniforme de tamaño (< 3 mm) permite una extracción más rápida y completa, reduciendo el tiempo de contacto con el solvente y, por tanto, el gasto energético.

Diseño de equipos especializados: optimización técnica

Los tanques de extracción en cascada con recirculación controlada de hexano permiten una recuperación del solvente superior al 98%. Equipos como los extractores de bajo consumo térmico (≤ 30 kW/h por tonelada de semilla) y sistemas automatizados de control de temperatura han sido implementados exitosamente en plantas de 100 t/día en Argentina y Brasil.

Desolventización y medidas ambientales: seguridad como prioridad

La etapa de desolventización debe operar a temperaturas controladas (100–120°C) para evitar la degradación del aceite. La implementación de sistemas de recuperación de vapor y filtros de carbón activo reduce emisiones de hexano en más del 95%, cumpliendo con normativas europeas (REACH) y asiáticas (China GB 2760).

Caso real: planta en México mejora su margen operativo

Una fábrica mexicana de 80 toneladas diarias de girasol reportó una reducción del 22% en costos energéticos y un 18% menos en mano de obra después de integrar un sistema de extracción por solvente con control automático de flujo y temperatura. Además, el rendimiento del aceite aumentó de 38% a 42% gracias a mejoras en el diseño de los tamices y la homogeneidad del material.

Estos avances no solo benefician la rentabilidad operativa, sino que también posicionan a las empresas como líderes en sostenibilidad y calidad. En mercados como Latinoamérica, Europa y Oriente Medio, donde la demanda de aceites vegetales de alta pureza crece exponencialmente, la adopción de tecnologías probadas es una ventaja estratégica clara.